Mis máscaras caídas

Todos miran las máscaras caídas

que ya no tapan mi cara.

La ciudad se estuvo defendiendo

y ganó todas las batallas.

Hubo guerra y fue como cualquiera:

tuvo carne, escombros

y refugios con miedo.

Todos miran mis alas quemadas,

ya no vuelo en la noche.

Dios se estuvo aburriendo como cualquier dios.

Cometí todos los pecados

lleno de hambre de manzanas,

con el fuego ardiendo en mis talones,

con el fuego ardiendo en mis espaldas.

Los odiantes

Se despiertan

desayunan siempre del mismo plato.

Se despiertan y se besan como cazadores

y odian y se odian y odian la rutina de sus labios,

y odian y se odian y odian el brillo de otros ojos

y odian y se odian y odian la magia de otras lenguas.

Se despiertan y ven sus caras en el espejo de los narcisos ciegos.

Son felices, tan felices, increíblemente felices,

felices de risas grotescas y dientes amarillos

Así se aman los odiantes, espejo mediante.

Zambullido (canción)

 a Gustavo Cerati

Estoy zambullido en el humo


hay una tormenta en mi mente

un dulce malestar

para volar sólo tengo estas alas

estas alas de humo.

Estoy zambullido en el humo

que es azul igual que el mar

y hay un silencio profundo

para nadar solo tengo estas membranas

que me crecen acá.

Nadar parece volar

(aves de colores)

Volar parece nadar

(peces voladores).

Mi epitafio

letrina, watercloset,

pañal descartable y de algodón,

inodoro, retrete, exusado,

baldío, pajonal, muro oscuro,

esquina de todos los borrachos solitarios,

bacín, papagayo, mingitorio,

cloaca, baño, cagadero

toilette (de damas, de caballeros),

pozo ciego, sala de pensar y de lectura

cañería, arroyito, papel higiénico…

tantos nombres puede tener,

el lugar donde yazga finalmente

yo con mi epitafio.

Cinco cuartos

Sobre cojines
ella juega con su sombra,
mientras arden velas y afuera caen gotas.

Hay cinco cuartos vacíos,
un gato ronronea,
mucho humo de sahumerios y caen gotas afuera.

Ella juega con su sombra y su sombra no quiere jugar
olvidó todas las reglas
desde que la venció la soledad.

Ebrios angelitos

Yo soy un ciego de los peores
en cosas de amores no aprendo más:
cuando la veo tengo temblores
para los que ya no tengo edad.

Ebrios angelitos, acudan en mi ayuda
para detener el vaivén de su cintura.

Yo era un hombre bueno, y lo sigo siendo,
y si fui malo fue sin querer
o tal vez fue sin querer queriendo
que es como sé querer a una mujer.

Ebrios angelitos, acudan en mi ayuda,
quiero ser duro pero soy pura ternura.

Si tuve mujer fue sólo una
con un lado sombrío como la luna.
Si tuve algo que perder fue la cabeza
por unos labios rosados que ya no me besan.

Ebrios angelitos acudan en mi ayuda
quiero descansar de tanta hermosura.

Y ahora me voy con el silencio,
prendo tres velas al santo de la canción.
Espero que no las apague el viento,
porque sin luz es más doloroso el dolor.

Ebrios angelitos, acudan en mi ayuda
que los años me están pasando factura.
Ebrios angelitos, acudan en mi ayuda
ya me cansé de tanta diablura.

Ausentes tus ojos (dos ojos)

Ausentes tus ojos
fui la mitad de una sombra
un destello oculto por un pétalo
un paso en falso.

La soledad

La soledad me está esperando afuera
con sus uñas de vidrio roto.

En el peor momento, tan callada
clava sus dedos donde más sangra.

Y en el charco rojo puedo leer:
“nada te voy a decir, nada tenés para decirle a nadie,
nadie va a decirte nada”.

Pecar de inocente

No quiero salir a caminar,
sé muy bien qué día es hoy,
sé que afuera hay mucho sol,
pero no es más que un día normal.

A menos que vengas a tomar mate
en el parque, acá cerca, y me beses.

No me quiero preocupar,
el dinero ya no importa
mientras haya yerba y salud.
No es ninguna virtud andar prosperando.

A menos que nos haga mejores
estar en mejor situación.

Nunca te vas a enamorar de mi
y tal vez sea lo mejor.
Yo en el amor nunca tuve fortuna,
siempre me gustan las inoportunas.

A menos que en esta oportunidad
me dejes pecar otra vez de inocente
y me digas: “Hoy quiero dormir con vos”.

Alma

Tengo un alma carne viva.
Tengo un alma piel y huesos.
Tengo un alma piel de gallina,
tengo un alma con arrugas
tengo un alma que camina
tengo un alma, un alma en pena
tengo un alma que sufre frío
con cicatrices y con heridas
que huele a carne quemada,
que sabe a carne cruda.

Tengo un alma a flor de piel.
Tengo un alma con espalda.
Tengo un alma superficie
tan profunda como la piel.
tengo un alma que espera
con la paciencia de la madera,
tengo un alma que tiene vicios
y tiene ritos de sacrificio,
que transpira en las axilas,
que se resiste a ser fantasma.

Tengo un alma barro cocido,
que se quiebra con los abrazos.
Tengo un alma y cinco sentidos,
y quiere besos y quiere olvido.
Tengo un alma que está sola
en este desierto poblado.
Tengo un alma y pies cansados,
tengo un alma, un alma mía.
que se cae como hoja de almanaque,
que quiere tener un alma como la mía.